El día que el baloncesto de Puerto Rico sorprendió al mundo
Puerto Rico venció a Estados Unidos en el primer partido de Atenas 2004, el primer equipo Olímpico que lo conseguía desde Seúl 1988. Carlos Arroyo y Eddie Casiano, los protagonistas de aquella victoria, dirigen ahora a la selección que busca el billete de vuelta a los Juegos de Tokio 2020 en el Preolímpico de baloncesto de 2021
Camino del banquillo, después de anotar los dos tiros libres que sellaban la victoria sobre Estados Unidos, Carlos Arroyo se paró en medio de la pista y agarró su camiseta para resaltar el nombre que llevaba en el pecho. ‘Puerto Rico’.
La isla caribeña acababa de hacer historia en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Era el primer equipo que conseguía derrotar a Estados Unidos desde que empezó a convocar jugadores NBA para su selección de baloncesto en Barcelona 1992. Pero detrás del gesto y del triunfo había mucho más significado.
Por supuesto, el año anterior habían protagonizado un intenso duelo en el campeonato FIBA Américas de 2003, en el Tracy McGrady y Eddie Casiano tuvieron sus más y sus menos después de una acción poco deportiva del jugador estadounidense.
Y los más veteranos seguramente también recordaban las palabras de Bobby Knight, el antiguo seleccionador de Estados Unidos, durante la ceremonia de entrega de medallas en los Juegos Panamericanos de 1979, celebrados en Puerto Rico.
Después de vencer al equipo anfitrión en la final, Knight declaró ante los micrófonos: “Lo único en lo que [los puertorriqueños] son buenos es cultivando bananas”.
Pero para muchos, la victoria y el gesto de Arroyo fueron también una señal de orgullo de su isla. Puerto Rico tiene el estatus de Estado Libre Asociado a Estados Unidos, pero en el deporte compite bajo su propia bandera.
Estados Unidos llegaba a los Juegos Olímpicos con la misión de compensar el tropiezo en el Mundial de Indianápolis de 2002. Aunque era una selección inexperta, esos jóvenes se llamaban LeBron James, Dwyande Wade, Carmelo Anthony, o Amar’e Stoudemire, y al frente estaban Tim Duncan, Allen Iverson o Stephon Marbury.
Talento no faltaba.
Pero en el primer partido de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 se encontraron con una ambiciosa selección de Puerto Rico. Era un grupo irreverente donde brillaba Carlos Arroyo, un armador menudo pero decidido y con un gran talento anotador, que venía de firmar su mejor temporada en la NBA con los Utah Jazz.
Eddie Casiano y Larry Ayuso sumaban los fuegos artificiales desde el perímetro, mientras por dentro destacaban Daniel Santiago y el liderazgo del legendario José ‘Piculín’ Ortiz.
Para Arroyo (24 puntos, 7 asistencias) y Casiano (18), fue uno de esos partidos en los que todo lo que lanzaban a canasta parecía acabar dentro. Una confianza suprema que se extendió al resto del equipo.
Después de un inicio igualado, donde la ventaja boricua ya era una pequeña sorpresa (21-20), Puerto Rico dinamitó el partido con un asombroso segundo cuarto en el que se impuso por 28-7.
Pese a los intentos de reacción de Estados Unidos en la segunda parte, Puerto Rico se mantuvo por delante hasta dar por sellada la victoria con aquellos dos tiros libres y ese gesto de Arroyo. Un momento que ha pasado a la historia del deporte puertorriqueño como ‘El Arroyazo’.
“Sé que para muchos, nuestro desempeño aquella tarde en Atenas, marcó sus vidas de la misma manera que cambió la de nosotros”, compartió Arroyo en sus redes sociales en 2020. Pues aún hoy, cada 15 de agosto se recuerda ese partido.
Aquel partido, y el bronce posterior tras caer en semifinales contra la Generación Dorada de Argentina, marcaría un punto de inflexión para la selección de Estados Unidos, que cambió la estructura de su selección para recuperar una hegemonía Olímpica en Pekín 2008 que todavía hoy mantiene.
Para Puerto Rico, sería el momento cumbre de aquellos Juegos Olímpicos, donde perdería en cuartos de final contra Italia. Pero también por un tiempo, porque desde entonces no ha vuelto a una cita Olímpica y su participación en los Mundiales ha sido discreta.
Este verano, los boricuas tienen la oportunidad de conseguir un billete de vuelta a los Juegos de Tokio 2020, en 2021. La selección participa en el Preolímpico de baloncesto, donde después de un primer partido ante Italia, su verdugo en Atenas 2004, disputará las semifinales.
El equipo que disputa el Preolímpico de Belgrado, Serbia, está liderado por Gian Clavell y el prometedor Isaiah Piñeiro. Y 17 años después, aún guarda lazos con aquella selección de Puerto Rico que sorprendió al mundo en 2004.
El entrenador es Eddie Casiano y, desde el pasado mes de mayo, el gerente de la selección nacional es Carlos Arroyo. Recuerdos vivos del día en que Puerto Rico sorprendió al mundo en los Juegos Olímpicos.