Cinco cosas que saber sobre Diego Schwartzman

Al argentino Diego Schwartzman, número diez del ranking mundial, se lo conoce como ‘Peque’, pero su historia es de verdaderos gigantes, dentro y fuera de la pista de tenis. Repase aquí cinco datos esenciales que necesita saber sobre una de las esperanzas de medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 mientras juega en el Abierto de Francia

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(2020 Getty Images)

De dónde es Diego Schwartzman

Diego Schwartzman nació en Buenos Aires el 16 de agosto de 1992. Su familia más próxima está conformada por sus padres Silvana Daiez y Ricardo Schwartzman, y sus hermanos mayores Matías, Andrés y Natali.

Comenzó a jugar al tenis a los siete años, vestido en indumentarias de fútbol, su otra pasión. Al ‘Peque’, de pequeño, se lo veía por las pistas con los colores del Real Madrid o del Barcelona, uniformes que le había regalado su abuela.

Su apodo no tiene mucho secreto detrás: su 1,70 m de altura. Pero su estatura no ha sido un impedimento para brillar en las pistas, y entre las figuras más grandes del tenis mundial.

“Cuando entro a una cancha de tenis, no pienso en lo alto que soy o cuánto más grande es mi oponente. Sé que hay una diferencia, pero ¿y qué?”, sostuvo a la ATP el año pasado.

Se trata de no dejar que los momentos difíciles te desanimen y usarlos como motivación para ayudarte a convertir una mala situación en algo bueno

Superar adversidades

De la abundancia a los momentos complicados. Para el tenista cualquier adversidad es pequeña, considerando sus comienzos en el deporte y aún más los de su familia en Argentina.

En su entrega de ‘En Primera Persona’, una serie de la ATP, el argentino detalló los obstáculos que ha tenido que pasar su familia, desde tener que vender brazaletes de goma para solventar sus primeros viajes a competencias internacionales hasta el Holocausto.

Schwartzman relató que su familia gozaba de una vida acomodada, producto de una compañía de ropas y joyería. “Antes de nacer, mi familia se ganaba una vida increíble en Sudamérica”, narró.

Pero las circunstancias cambiaron. “De repente, mi familia ya no tuvo más negocios, ya no tuvo más casas ni autos adicionales. Solo éramos yo, mis dos hermanos mayores, mi hermana mayor y mis padres tratando de ganarnos la vida. Debido a que no teníamos mucho dinero, fue realmente difícil comenzar a jugar tenis o cualquier otro deporte. Realmente no nos lo podíamos permitir. Pero jugué tanto como pude”.

Superar los momentos difíciles juntos ha dado lecciones valiosas a Diego Schwartzman sobre la familia, más conociendo cómo sus antepasados llegaron a su natal Argentina y lo que tuvieron que vivir.

“Pase lo que pase en mi carrera, nada se comparará con lo que mis padres soportaron. Pero incluso todo eso palidece en comparación con lo que vivieron mis antepasados. Tengo raíces judías, y mi bisabuelo del lado de mi madre, que vivía en Polonia, fue llevado en un tren a un campo de concentración durante el Holocausto. El acoplamiento que conectaba dos de los vagones del tren de alguna manera se rompió. Parte del tren continuó y el otro se quedó atrás. Eso permitió que todos los atrapados adentro, incluido mi bisabuelo, corrieran por sus vidas. Afortunadamente, sin ser descubiertos. Solo pensar en eso me hace darme cuenta de cómo las vidas pueden cambiar en un instante”, apuntó.

Añadió: “Mi bisabuelo trajo a su familia en bote a Argentina. Cuando llegaron, hablaban yiddish y no español. La familia de mi padre era de Rusia, y también fueron a Argentina en barco. No fue fácil para todos ellos cambiar totalmente sus vidas después de la guerra, pero lo hicieron. Por eso me considero un afortunado. Pero todos tienen una historia. No soy el único que se ha enfrentado a la adversidad. Se trata de no dejar que los momentos difíciles te desanimen y usarlos como motivación para ayudarte a convertir una mala situación en algo bueno”.

Su otra pasión

Jugó de pequeño, pero conserva la pasión hasta hoy en día. En su país, alienta a Boca Juniors e incluso entabló una amistad con el ídolo xeneize Juan Román Riquelme.

En algunas oportunidades ha demostrado su talento para dominar la pelota con el pie en la pista de tenis e incluso llegó a desafiar a Paulo Dybala. “Cuando quieras, te enseño”, llegó a compartir en redes sociales.

En una mezcla entre sus dos pasiones, jugó al fútbol-tenis en La Bombonera con su amigo y rival, el austriaco Dominic Thiem.

“Lo más distinto fue pisar el campo de La Bombonera, algo increíble. Muy pocas veces falto a la cancha cuando estoy en Buenos Aires”, dijo a Olé, tras ese partido en el que terminó con un ojo morado, tras un rodillazo del austriaco. Los gajes de un deporte de contacto.

El Diego detrás de Diego

El fútbol marco su vida incluso antes que el tenis. Y no hay mucho secreto detrás de su nombre. “Me pusieron el nombre de la leyenda del fútbol: Diego Maradona”.

El asalto a lo grande y tumbar gigantes

Con cinco títulos Challenger en 2014, Schwartzman fue el argentino que más puestos avanzó en el ranking esa temporada, en la que comenzó 117° y cerró 61°.

En Estambul, al año siguiente, clasificó por primera vez a la semifinal de un torneo ATP, donde acorraló a Roger Federer.

En las pistas turcas, en 2016, conquistó su primer título ATP, tras salvar una bola para partido ante el bosnio Damir Dzumhur en cuartos de final, y remontar al búlgaro Grigor Dimitrov en la final. En 2017 alcanzó su mayor número de victorias en un año (29), hasta entonces (llegó a 40 en 2019).

En Río de Janeiro, en 2018, ganó su segundo título ATP, esta vez sin perder ningún set, y escaló hasta el puesto 11° del ranking mundial. Al año siguiente logró su tercer cetro en Los Cabos. Además brilló con victorias de alto vuelo sobre Thiem, el japonés Kei Nishikori y el alemán Alexander Zverev.

Pero su mayor triunfo fue ante Rafael Nadal, entonces número dos del mundo, en el Masters 1000 de Roma en 2020, sobre el polvo de ladrillo, el reino del español, en el camino a su primera final en torneos de esa categoría (terminaría cediendo frente al serbio Novak Djokovic).

Se impuso a Thiem en un épico partido de más de cinco horas y llegó a la semifinal de Roland Garros, donde Nadal se desquitó de lo sucedido en el Foro Itálico.

Actualmente, el diestro, con revés a dos manos, es el décimo mejor tenista del planeta, y la mejor raqueta argentina, por ende, una gran esperanza de medalla en Tokio 2020.

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