Cenicientas olímpicas: Eddie 'El Águila', el yesero que se convirtió en saltador de esquí
Olympics.com repasa las historias de atletas que estuvieron muy lejos de ganar un oro olímpico, pero que se ganaron el corazón de los aficionados. Nuestro primer héroe es el saltador de esquí británico Michael Edwards, más conocido como Eddie 'el Águila'.
Eddie Edwards fue el primer competidor que representó a Gran Bretaña en salto de esquí en unos Juegos Olímpicos. Quedó último en las pruebas de 70 y 90 metros en los Juegos de Invierno de Calgary 1988, pero se hizo famoso. Descubre más sobre el legendario deportista olímpico cuya historia fue contada por Taron Egerton en la película Eddie the Eagle.
Eddie 'el Águila': una historia real
Eddie Edwards podría haberse convertido en un yesero al uso, como su padre y muchos otros familiares suyos. Pero él quería más y soñaba con ir a los Juegos Olímpicos. Desde su infancia, nunca tuvo miedo a los retos. A los 12 años, jugando al fútbol, se lesionó una rodilla y tardó dos años en recuperarse por completo. Más tarde, eso no impidió que Eddie se convirtiera en un competente esquiador y entrase en el equipo nacional británico. Esperaba participar en los Juegos Olímpicos de 1984, en Sarajevo, como miembro del equipo de esquí, pero no consiguió clasificarse. Entonces decidió que tenía muchas más posibilidades de ir a los Juegos como saltador de esquí, sobre todo porque en aquel momento no había ninguno en el equipo nacional británico.
Eddie no se desanimó por tener que aprender un nuevo deporte porque tenía ante sí un gran objetivo por delante: los Juegos Olímpicos de 1988, en Calgary. Prepararse para la competición más importante de su vida no fue fácil. Eddie recorrió el mundo, aceptó todo tipo de trabajos ocasionales y apenas podía llegar a fin de mes. En una ocasión, por falta de dinero para un alojamiento alternativo, tuvo incluso que alojarse en un hospital psiquiátrico de Finlandia, donde también trabajaba uno de los entrenadores del equipo local (y, curiosamente, fue allí donde Eddie recibió la confirmación de su ingreso en el equipo olímpico británico). Pero nada pudo detenerle en el camino hacia su sueño y el futuro 'águila' siguió entrenando duro.
Quedó último en los Campeonatos del Mundo de 1987, pero al final su esfuerzo tuvo recompensa. Eddie Edwards acabó cumpliendo la norma olímpica al conseguir saltar casi 70 metros. Esta actuación le permitió convertirse en el primer competidor en representar a Gran Bretaña en la competición olímpica de saltos de esquí.
Los Juegos de 1988 convierten a Eddie 'el Águila' en una estrella
Cuando voló a Calgary, vio que sus fans le recibían con una enorme pancarta que daba la bienvenida a Eddie 'el Águila'. Así es como Edwards obtuvo su apodo. La gente y los medios de comunicación de todo el mundo estaban fascinados por aquel británico con gafas de esquí rosas sobre sus características gafas de ver y que ni siquiera tenía dinero para comprar sus propios esquíes y equipo.
Eddie acabó último en las pruebas de 70 y 90 metros, pero estableció tanto su récord personal como el récord británico de salto de esquí al alcanzar los 73,5m en uno de sus saltos. Eddie expresó la idea del fundador del Movimiento Olímpico moderno, Pierre de Coubertin, que había dicho que lo más importante en los Juegos Olímpicos no es ganar, sino participar. El presidente del Comité Organizador, Frank King, llegó a mencionar a Eddie en la ceremonia de clausura.
"Habéis robado nuestros corazones y nos habéis llenado de recuerdos. Habéis batido récords mundiales y muchos habéis batido vuestras marcas personales. Algunos de vosotros incluso habéis volado como un águila".
Frank King
El propio deportista se tomó con humor la imaginativa comparación.
"Me gustaría decir que volé como un águila, pero probablemente fue más bien como un avestruz".
– Eddie 'el Águila', en declaraciones a The Guardian.
La carrera olímpica de Eddie en salto de esquí no duró mucho. Poco después de Calgary, se instituyó la llamada "Regla de Eddie 'el Águila'", que impedía entrar en los Juegos a los atletas que no hubieran demostrado previamente su valía en los Campeonatos del Mundo y de Europa. Esta norma, unida a numerosas lesiones, impidió al británico clasificarse para otros Juegos Olímpicos. Pero lo más importante fue que Eddie logró su objetivo y demostró que incluso los sueños más grandes pueden hacerse realidad. Tras el estreno de la película Eddie the Eagle en 2015, una nueva generación supo de él. Y seguro que pueden encontrar inspiración en esta increíble historia, como hicieron millones de aficionados hace 33 años.