Andy Díaz: De Cuba a Italia, la historia personal detrás del atleta

Por Benedetta Acri
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Fabrizio Donato "benedice" Andy Diaz 
Foto por Fabrizio Donato

Andy Díaz, atleta cubano nacido en La Habana (1995) y uno de los mejores especialistas de salto triple del mundo, vestirá por primera vez los colores de Italia en una gran competencia internacional durante los Juegos Olímpicos de París 2024.

Ganador de la Diamond League 2022 y 2023, Díaz ya ha superado el récord de Italia de triple salto que estaba en manos de Fabrizio Donato, bronce olímpico en Londres 2012 y actualmente su entrenador. Su historia es única: un entendimiento humano y deportivo que los dos relataron en exclusiva para Olympics.com.

Andy Díaz: cómo eligió Italia y a Fabrizio Donato como entrenador

La historia de Andy Díaz parece sacada de una novela, con sus momentos bellos y sus momentos difíciles. Pero por suerte, con un final feliz.

“Salí de Cuba en 2021 para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y tenía la intención de ir a Italia", cuenta Díaz. "Una vez llegué, no dudé en contactar con Fabrizio Donato, que era la única persona a la que conocía en el mundillo deportivo que me podía echar una mano. Llegué a Italia en una situación muy difícil, no tenía un lugar donde dormir, ni qué comer, así que me puse en contacto con Fabrizio, que me ayudó. Fue muy humano, me apoyó sin pensar en el resultado, en qué podríamos hacer en el apartado deportivo".

"Como dice Andy, fue él quien decidió contactarme", recuerda Donato. "La primera vez que nos habíamos visto fue en un Campeonato del Mundo en pista cubierta, donde ambos éramos atletas y adversarios. El destino quiso que años después nos reencontráramos y nos conociéramos".

"En un determinado momento de su vida, Andy decidió tomar las riendas. Movido por su deseo de conquistar su libertad, de perseguir sus sueños, tomó una decisión que pudo parecer extraña y absurda", añade Donato. "De hecho, yo también lo pensé al principio, pero después de conocerlo a él y su historia, entendí bien lo que llevó a Andy a dar ese paso. Decidió tomar las riendas de su vida, dejar su país, abandonar Cuba, mudarse y buscar fortuna en Italia".

"Es obvio que en nuestro país tampoco es fácil, porque llegar sin nada y sin conocer a nadie que pueda echarte una mano no es sencillo. Andy pensó que yo podría ayudarlo y se puso en contacto conmigo. ¿Cómo? A través de las redes sociales. Hoy tenemos la suerte de poder conocernos, llamarnos o contactar de forma muy fácil a través de las redes. Y así lo hizo Andy".

Foto por Fabrizio Donato

Hay un elemento que recorre toda esta historia y que se repite mucho en esta entrevista: "humano": un ejemplo de integración social, de ayuda desinteresada, y de sensibilidad. Díaz y Donato se entendieron rápidamente, y surgió una chispa que les permitió emprender este viaje juntos.

“Quizá, como pasa muy a menudo entre hombres y mujeres, cuando se enciende una chispa y hay amor a primera vista, también sucedió entre nosotros. Bastaron una mirada y unas pocas palabras en español y medio italiano para entendernos y llegar a un acuerdo. Fue inmediato", explica Donato.

"Ya han pasado casi tres años, pero todo ha ido tan rápido que a veces cuesta creerlo. Todo fue muy instintivo, fácil. Sobre todo hay una cosa que tenemos en común y es muy sencilla: el deporte y los valores que nos enseña y transmite cada día. Así que, aunque por un lado fue muy complicado, por otro resultó muy fácil, muy instintivo, y hecho desde el corazón".

Foto por Fabrizio Donato

“También quiero dar las gracias a Giovanni Giannone, presidente del Libertas Unicusano Livorno, el club en el que estuve antes. Él también me tendió la mano durante todo este proceso; y obviamente también a Fiamme Gialle, que me ayudó desde el principio. Necesitaría un libro y un lápiz para agradecerle a todas las personas que me han ayudado", admite Díaz.

"Muchos piensan que ayudé a Andy haciéndolo todo por mi cuenta, pero esto no hubiera sido posible si no hubiera tenido mucha gente a mi lado que me quiere, que me respeta como persona, como hombre, como exdeportista. y como entrenador", añade Donato.

"Andy mencionaba al presidente Giannone, que fue el primero que nos ayudó, confiando en mi palabra y la de Andy. Tuvimos una gran ayuda del Comité Olímpico Italiano (CONI), del presidente Giovanni Malagò, de Silvia Salis, de Fiamme Gialle, de la Federación de Atletismo y su presidente Stefano Mei, todas las personas que creyeron en nuestro proyecto, que va más allá del deporte, porque siempre digo que nuestra verdadera victoria es la humana".

El cambio de Andy Díaz hacia los Juegos Olímpicos de París 2024

La vida de Andy Díaz también cambió por completo a nivel deportivo. "En Cuba se hace un entrenamiento totalmente diferente. Siempre he sentido una gran admiración por Fabrizio, que fue uno de los atletas más longevos del triple salto. Y supe que podría darme ese extra que me faltaba", explica Díaz. "En Cuba no trabajé la velocidad: era fuerte, rebotaba bastante bien, pero me falta un poco de velocidad para dar saltos más largos. Ahora en sus manos estoy consiguiendo lo que realmente quiero".

"En términos de competición, de rendimiento, todo el mérito es suyo: me hace llegar a cada competición en excelentes condiciones para lograr grandes resultados, algo que no siempre había conseguido. Me cansaba muy rápido, pero ahora me siento preparado para obtener grandes resultados en cualquier prueba".

Y los Juegos Olímpicos de París 2024 serán su primera oportunidad de competir con Italia. Según las reglas de la Federación Internacional, los atletas que cambien de nacionalidad deben esperar tres años desde la última competición con su anterior nación para poder competir bajo su nueva bandera. Y como Andy Díaz estuvo inscrito para Tokio 2020, aunque finalmente no compitió, debe esperar hasta el 1 de agosto de 2024.

A tiempo para competir en los Juegos Olímpicos, una cita que han preparado de manera algo distinta.

“La estrategia de cara a los Juegos Olímpicos es un poco distinta, porque el triple salto es una especialidad de mucho impacto [para el cuerpo]. La energía y los riesgos hay que gestionarlos de la mejor manera posible, y lo que más riesgo supone es la competición, porque llevamos nuestro cuerpo al límite y cada pequeño error se paga. En los entrenamientos podemos gestionar la intensidad y el riesgo de lesión es menor".

Todo con el objetivo de llegar en plena forma a los Juegos Olímpicos de París 2024.

Foto por Fabrizio Donato