Cuando estalló la guerra civil en Sudán del Sur, Ukuk huyó solo a Kenia, dejando a su familia y hermanos. Aunque empezó como futbolista, Ukuk se sintió atraído rápidamente por el atletismo, del que es el único responsable de su rendimiento. Ukuk está decidido a ganar algún día una medalla y convertirse en campeón del mundo, no sólo para alcanzar su propia visión, sino también para ser una fuente de inspiración para otros. Actualmente se entrena en el Centro de Entrenamiento de la Fundación Tegla Loroupe para la Paz, esforzándose cada día con la esperanza de llegar a París 2024.
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