Originaria de la ciudad de Damasco, en Siria, Sanda y su familia perdieron su hogar y ella decidió huir sola a los Países Bajos a través de Turquía. Su esposo y su hijo se reunieron con ella más tarde. Los otros dos hijos de Sanda nacieron en Países Bajos. La Federación Internacional de Judo la invitó a unirse a su programa de apoyo a los atletas refugiados.
No siempre ha sido fácil para ella compaginar la maternidad y el entrenamiento, pero se siente feliz y afortunada de poder vivir en un entorno seguro con su familia y de poder entrenar.
Para Sanda y su familia ha sido un reto compartir "quiénes son y qué hacen" con la comunidad del país que los acogió, pero la práctica del deporte y el apoyo de estos programas le han ayudado a empezar de nuevo y a recuperar la confianza en sí misma.
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